A la gente le va engañar
y que la engañen. La retórica es una cualidad muy considerada en
nuestra sociedad. Salen de bocas palabras que se pronuncian todos los
días, sin que haya en sus mentes una idea clara de qué quieren
contar o hacer con ellas.
Medidas ya las
capacidades para disputar de ambas partes, deberían recordar que el
alcance de nuestra imaginación llega justo al límite que marcan
nuestras ideas. Polemizar repetidamente con palabras para poner al
otro en entredicho no ayuda. La ambigüedad de los discursos conducen
a posturas que imposibilitan el acuerdo. Si no quieres ser
comprendido, serás apartado.
Dice Locke: “ ¿
Cómo se explica que se comprende facilmente a los príncipes cuando
escriben a sus sirvientes, pero no cuando hablan a los súbditos ,
empleando la ley ?”